Sociedad 

En un estadio colmado de fieles, se realizó la Misa Crismal

En el Club Atlético Sarmiento, Capitanich participó de la Misa que rezó por los que menos tienen y padecen por la crisis del país.

El intendente Jorge Capitanich participó en la noche de este miércoles de la Misa Crismal oficiada por el arzobispo de Resistencia Ramón Dus y los sacerdotes de la diócesis, quiénes oraron y pidieron a los feligreses «rezar por los que menos tienen y por todos los sectores sociales que más están sufriendo y padeciendo un momento social del país que es muy crítico, complicado y desafiante», señaló Monseñor Dus, quien además hizo una mención especial a sectores específicos que están pasando un duro momentos como los docentes, jubilados «y muy especialmente nuestros niños», agregó.

La Misa Crismal, celebrada en el Club Atlético Sarmiento, en el marco de la Semana Santa Cristiana, contó con la presencia de unos 3000 fieles y fue declarada de Interés Municipal por el intendente Capitanich, a través de la Resolución 821. En la misa, se realizó la consagración del Santo Crisma y la bendición de oleos y aceites (para los enfermos y los que se van a bautizar); y se renovó las promesas sacerdotales.

«Esta celebración es un vértice en el año para nuestra comunidad. Es por eso que en este momento donde se vive una realidad muy difícil, estrecho y desafiante, debemos re-pensar desde nuestra fe, y renovar y profundizar nuestra presencia, responsabilidad y compromiso y resaltar nuestro sentido de la solidaridad», destacó monseñor Dus.

El arzobispo hizo un fuerte llamado a la comunidad en un tiempo muy difícil, donde la Iglesia Católica «no es ajena a una dura realidad que nos golpea a todos, y que lo vemos diariamente en hermanos que se acercan a nosotros, tanto en forma espiritual como también a pedir un plato de comida», destacó.

«Es un momento difícil, pero debemos tener esperanza y fe. Justamente la Pascua de Resurrección es un momento de renovar nos ayuda a ver que hay siempre un aurora de resurrección para la fe y la buena voluntad», manifestó Dus.

 

LA CELEBRACIÓN

La palabra crisma proviene de latín chrisma, que significa unción. El crisma es la materia sacramental con la cual son ungidos los nuevos bautizados, son signados los que reciben la confirmación y son ordenados los obispos y sacerdotes, entre otras funciones.

La consagración del crisma y la bendición de los otros dos aceites es considerada como una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo.

Ordinariamente esta misa se celebra en la catedral de cada diócesis el Jueves Santo; pero, por razones de conveniencia pastoral, se puede adelantar a uno de los días de la Semana Santa.

El Santo Crisma, es decir, el óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo, nos es dado junto con sus carismas el día de nuestro bautizo y de nuestra confirmación y en la ordenación de los sacerdotes y obispos.

La materia apta para el sacramento debe ser aceite de oliva. El crisma se hace con óleo y aromas o materia olorosa.

Es conveniente recordar que no es lo mismo el Santo Crisma que el óleo de los catecúmenos y de los enfermos (que sólo son bendecidos, como se ha dicho más arriba, y pueden hacerlo otros ministros en algunos casos).

El rito de la misa Crismal, incluye la renovación de las promesas sacerdotales. Tras la homilía, el obispo invita a sus sacerdotes a renovar su consagración y dedicación a Cristo y a la Iglesia. Juntos prometen solemnemente unirse más de cerca a Cristo, ser sus fieles ministros, enseñar y ofrecer el santo sacrificio en su nombre y conducir a otros a él.

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